dimecres, 19 de febrer del 2014

Campo 18

Corea del Norte. Uno de los países más herméticos y brutales del mundo. Las atrocidades y violaciones de los derechos humanos están a la orden del día. La detención arbitraria, la ejecución sumaria, los abortos forzados y el hacinamiento más atroz son infligidos a toda aquella persona que no comparta las ideas del líder Kim Jong-un y la cúpula militar que gobierna dicho país. 
    Las torturas más salvajes y los campos de concentración más siniestros se reparten por Corea del Norte. Sospechosos de delitos políticos pueden hallarse en un centro de detención desde pocos días hasta seis meses o más. La tortura es un elemento establecido en los procesos de interrogatorio. El hambre y otras condiciones inhumanas de detención se imponen deliberadamente a los sospechosos para aumentar la presión sobre ellos para que confiesen o incriminen a otras personas. Muchos mueren en los centros de detención como resultado de la tortura, inanición deliberada o enfermedades desarrolladas o agravadas por las terribles condiciones de vida. La mayor parte de las víctimas son encarceladas de por vida. Se conoce la existencia de cuatro grandes campos de prisioneros actualmente, pero habían existido doce. 
    Un testigo describió cómo los policías lo interrogaban forzándolo a la posición de "tortura paloma". En esta posición expuesta, su pecho fue golpeado hasta que vomitó sangre. Además, fue sometido a la "tortura motocicleta" y "tortura avión", donde se vio obligado a asumir posiciones de estrés extremadamente dolorosas que implican la extensión prolongada de sus brazos hasta el agotamiento y posterior desplome.     
    La privación del alimento es usada como arma por el estado. La inanición es un medio de control y castigo a prisioneros. Pero en paralelo y por delirante contraste, Corea del Norte importa productos de lujo tales como whisky, coñac y equipamientos para cine. El gasto en bienes de lujo se duplicó en el 2012 en ese país. Lógicamente esos productos son consumidos por las élites de la pirámide de poder del régimen de Kim Jong-un.
La ejecución es una política de Estado, con o sin juicio, en público o en secreto, en respuesta a los que se consideran los delitos más graves, la mayoría de ellos, políticos. Las personas acusadas de culpables son “desaparecidos” y enviados a los campos de prisioneros políticos (kwanliso). Son encarcelados e incomunicados y forzados a un régimen de inanición deliberada, trabajos forzados, ejecuciones, tortura, violación y negación de sus derechos reproductivos a través del aborto forzado y el infanticidio.    
 
    Se narra la historia de una testigo embarazada, enviada al Campo de Prisioneros Políticos 18. Hacia el final de su embarazo, la mujer fue pateada por un guardia para desencadenar un parto prematuro. Cuando el niño nació, los guardias la golpearon hasta que lograron separarla del bebé. Ella perdió el conocimiento y cuando despertó encontró a su bebé muerto. A pesar del dolor y la hemorragia, la mujer fue obligada a trabajar al día siguiente y terminó siendo nuevamente golpeada por no poder mantenerse al día con su cuota de trabajo. 
    Existe una negación casi total del derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión, así como de los derechos a la libertad de opinión, expresión, información y asociación, aseguran desde Naciones Unidas. Los medios de comunicación controlados por el Estado son la única fuente autorizada de información y a los ciudadanos se les niega el derecho a tener acceso a la información de fuentes independientes. Las llamadas telefónicas son supervisadas y todo el contenido multimedia está fuertemente censurado y debe adherirse a las directrices emanadas por el Partido de los Trabajadores de Corea. El acceso a la televisión y a la radio y a Internet está severamente restringido y los ciudadanos que desafíen los límites autorizados son severamente castigados, incluso por ver o escuchar emisoras extranjeras.  
    La sociedad norcoreana es una sociedad estratificada rígidamente, con patrones arraigados de discriminación. La discriminación tiene sus raíces en el sistema songbun, que clasifica a las personas en función de la clase social asignada por el Estado y dónde nacieron, y también incluye la consideración de opiniones políticas y religión. Así, se ha dado prioridad a aquellos a los que las autoridades creen que son cruciales en el mantenimiento del régimen por sobre de los que se consideran prescindibles. 
    China, ese paraíso del reino capitalista actual y uno de los principales aliados del gobierno norcoreano, probablemente utilizará su posición como miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU para bloquear cualquier intento de someter a Corea del Norte a la Corte Penal Internacional.

2 comentaris:

Doctor Krapp ha dit...

¿Qué decir? Creo que lo has expuesto tal cual es. Me alegro de la coincidencia, creo que es importante denunciar este Holocausto que ha durado 50 años y puede seguir ahí porque no hay voluntad de transformarla con la disculpa de una bomba nuclear, justificable desde hace tan solo 10 años y para no molestar al gran gigante chino.
Si no los conoces te recomiendo los enlaces que acabo de poner en mi entrada. Los documentales y la novela gráfica son algo antiguos pero en esta sociedad estamental y continuista siguen siendo terriblemente actuales.
Saludos

Pesadillas con cuerpo ha dit...

Hola Dr.Krapp. Me miro lo de los documentales y la novela gráfica que me comentas. Un saludo y gracias por entrar aquí.