dimecres, 9 de gener del 2013

Pesadilla a la catalana


Ya hace tiempo, demasiado, que en Catalunya se viene asentando un independentismo que se  retroalimenta por un más (PP) o menos (PSOE) rancio -y fantasmal- nacionalismo español, camuflado de no-nacionalismo. La cuestión es que, en esta situación completamente polarizada, un conjunto de catalanes se encuentra atrapado ante un choque de trenes. Mejor, ante un choque de tren: España, e ibertrén, Catalunya. Estas personas no se sienten independentistas pero tampoco se identifican con la visión centralista hispana que se cuece por Madrid y la mayoría del Estado. En dicho fuego cruzado “sobreviven” algunos sufridos y silenciosos catalanes, ni con unos ni con otros, solos, ante el disparate nauseabundo que les rodea. 

Que en plena deriva de la mal llamada crisis (es el sistema el que no funciona), un partido nacionalista catalán, pero heredero de la burguesía post-franquista  –sí, han oído bien-, se enfrasque en una deriva independentista tiene tela. Es delirante, vergonzoso, uno no alcanza a encontrar el adjetivo. Pero es que esta deriva maximalista hacia la independencia y la creación de un Estado propio que ha emprendido una parte de la población que vive en Catalunya representada por CiU, ERC (+CUP) se alimenta de las políticas nefastas de un partido centralista, españolista y neofascista, el PP, pero también de las farsas de un partido andaluz convertido en español, el PSOE -con anterioridad-. 

Ambos partidos, PP (España) y CiU (Catalunya), comparten una misma ideología económica, el neoliberalismo acérrimo, pero disienten en cuanto a imaginario territorial. No hay espacio casi para la discrepancia en Catalunya dentro de dicha guerra entre el frente españolista y el catalanista. Uno apenas puede decir qué opina sin ser tildado o bien de “españolista” o bien de “independentista”. El ‘problema catalán’ fue inventado por unas élites intelectuales perversas hace ya mucho tiempo y se ha venido alimentando hasta esta situación grotesca actual. No hay salida aparente para el camino emprendido por unos, y demonizado por otros. 


Pero es que, encima, el partido gobernante, CiU, junto a su valedor, ERC -que es aliado y oposición, ¡al loro!; si levantara cabeza Kakfa...-, quieren crear estructuras de Estado previas a una consulta sobre la autodeterminación de este Estado. Es decir, se empieza -y tan tranquilamente- la casa por el tejado. ¿Pero cómo se pueden crear estructuras de Estado si ni tan siquiera ha sido votado por su población si quiere ser tal Estado independiente? Pues así es, señoras y señores. El absurdo más absurdo imaginable se superpone al disparate de la crisis en Catalunya. Pero es que, en realidad, nadie discute en Catalunya que esta comunidad requiere una mejor financiación autonómica, eso es un Perogrullo. Está meridianamente claro, como mínimo en Catalunya. 

Esta es una pesadilla a la catalana, del tamaño de una gigantesca "botifarra de pagès" . Y las víctimas terminan siempre siendo las mismas: la mayor parte de las personas de a pie que viven y sufren por duplicado en Catalunya: por la crisis económica y por la fantasia territorial que ha emprendido una parte -destacada- del electorado de este territorio.