Hace ya tiempo se vienen registrando
desapariciones de personas y otros sucesos de diversa índole
(violaciones, evasiones fiscales, etc.) en los cruceros de placer. Este tipo de
desapariciones pueden ser voluntarias, por ejemplo con el fin de abandonar a
una persona 'amada', para evitar una persecución fiscal del país de origen, para
realizar una evasión de capital a paraísos fiscales (que entran en escalas de
los cruceros)... ; o bien involuntarias, por ejemplo accidentes, asesinatos, suicidios… La
cuestión es que todas esas desapariciones se intentan censar, aunque hay casos ‘casi
paranormales’ de personas que se han volatilizado y que no han sido registradas
ni reclamadas.
Por citar un caso, hace algún tiempo los
pasajeros del crucero de lujo Balmoral estaban en la cubierta a la espera de llegar a casa en Southhampton (Inglaterra), después de pasar unos días surcando
los fiordos noruegos. Entonces se hizo un anuncio: nadie podía bajar del barco,
faltaba un pasajero y nadie podía moverse hasta que la policia terminara su
investigación. Ese pasajero, un hombre de 89 años llamado Francis H, pasó a
engrosar una tremebunda lista que guarda la Asociación
Internacional de Víctimas de Cruceros. Se trata de un
misterio que desconcierta a muchas autoridades.
Hay personas que se apuntan a un crucero a
pasar unos días de lujo en el mar y desparecen sin dejar rastro. Es el caso de la
estadounidense Rebecca C, empleada del crucero Dysney W, que en 2007 navegaba
de México a Los Ángeles. Fue vista por última vez a las 5.45 del 22 de marzo:
un compañero suyo la vio disgustada, le preguntó si todo iba bien y ella
respondió que sí, que se iba a la cama. Las cámaras de seguridad la grabaron
con las manos en los bolsillos y nunca más se supo de ella. Cuando la policia
empezó a investigar, comprobó que no tenía ninguna tarjeta de crédito entre sus
efectos personales. Todo apuntaba a que Rebecca se suicidó, pero no hay nada
que indique que estaba deprimida. La policia no encontró indicios de secuestro.
Es un caso parecido al de una alemana de 62 años
llamada Sabine L, que desapareció en un crucero prestigioso en 2009 que iba de
Canarias a Madeira. Aunque iba con su marido, su desaparición es inexplicable:
una noche se fueron a dormir y a la mañana siguiente había desaparecido. De
nuevo, ni rastro del cuerpo ni indicios de depresión.
Las consecuencias suelen ser fatales para los
familiares, que tienen que vivir con la pérdida y la incertidumbre. Así ocurrió
con la familia de John E, un librero británico de 63 años que pasó una semana
en un crucero por Egipto donde desapareció en abril de 2009. Su mujer, Ruth,
recibió un mensaje de texto diciendo que la vería al día siguiente en el
aeropuerto y no volvió a saber de él. Ruth intentó pensar que no estaba muerto,
que de alguna manera se resbaló y cayó al agua. No se le ocurría otra cosa,
aunque no se encontrara el cuerpo. Le dijeron que había muchos tiburones en el
área. Le dieron escalofríos solo de pensarlo. Pero este no es único de los
problemas que sufrió Ruth. Al parecer, John tenía un seguro de viaje. Ella lo intentó
cobrar pero la compañía le dijo: ‘¿Qué está intentando cobrar?’. No hay pruebas
de que esté muerto, así que tampoco puede Ruth cobrar la pensión de viudedad.
Se encontraba en un limbo y sin saber qué hacer. Pensaba: ‘¿celebramos su funeral?’
Lo peor de todo es que nada tiene sentido: ‘Se fue solo al crucero porque no
podíamos pagar un viaje en familia. Los pasajeros le vieron en el bar pero no
estaba borracho ni deprimido, sino todo lo contrario. Nos trajeron su maleta
hace poco y había tres collares; uno para mí y otros dos para sus hijas que
tenían nuestros nombres escritos en jeroglíficos’.
La desaparición de una persona en el mar exige
que se realice una operación de búsqueda y rescate. La desaparición de
pasajeros y tripulantes de los barcos que navegan por alta mar ocurre en
multitud de ocasiones. Se desconoce la frecuencia y es difícil precisar el
número de desaparecidos porque las compañías navieras no revelan esta
información. No es fácil obtener esta información a través de fuentes
gubernamentales debido a la cantidad de países involucrados. Un informe al
respecto debe enviarse al país de registro del barco. Recabar información de
estos países es difícil cuando no imposible.
Existen, asimismo, otro tipo de sucesos a
bordo de los cruceros, como violaciones y otros hechos irregulares. Un testigo,
Janet K, de 46 años y casada, dijo que uno de los camareros de un crucero
supuestamente la drogó y la violó cuando disfrutaba de unas vacaciones en uno
de esos buques de turismo.
Las elevadas cifras de pasajeros de estos cruceros
turísticos dificultan sobre manera la investigación.
2 comentaris:
Joer, no tenía ni idea ni me había planteado que pasaran tantas movidas de este teipo en los cruceros de placer. Saludos.
El mar siempre ha sido un lugar apetecible para huir o para hacer desaparecer definitivamente. No me extraña nada lo de los cruceros, ni tampoco me extraña nada que alguien planifique su propia muerte o la de otros a través de este medio. Todo tan limpio, tan incomprobable. Lo del Costa Concordia es una pura chapuza
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